Sunday, June 05, 2005

"El Rancho"


Rancho "Puerto Alto" - San Felipe, Gto.

En una de sus canciones Alejandro Filio se pregunta: "¿Cuándo empezó todo a tener un precio?" Lamentablemente es un hecho que casi todo lo que significa felicidad para el ser humano tiene su precio, ya sea en dólares, euros, o libras esterlinas. Y si no es así, entonces ¿porqué calificamos como "miseria" a la pobreza extrema y de "miserables" a los que viven en ese estado?

Cuando pienso en la inmensidad de la pobreza a escala mundial, me parece que es un desperdicio descomunal de talentos y potenciales. Amartya Sen, uno de los economistas más destacados de nuestros tiempos, equipara el desarrollo económico con la liberación del ser humano. Y es que no podría ser de otra forma. Para ser verdaderamente libre, el ser humano necesita, como mínimo, buena alimentación, una vivienda digna, seguridad, y educación. Estamos aún tan lejos de alcanzar esta meta a nivel mundial, que a veces parece imposible.

Si vas a Guanajuato, en la sierra encontrarás gente muy humilde que apenas sobrevive de sus reducidos "sembradíos", de la cosecha de piñones en su temporada, y con trabajos temporales muy mal remunerados.

Pero también verás casas de buena construcción, con dos o tres camionetas o SUV de reciente modelo estacionados en la cochera. Estas son las casas de la gente que trabaja en "el Norte". Personas que ocupan los estratos más bajos y vulnerables de la sociedad estadounidense, pero que pueden posibilitar una existencia relativamente libre y digna para sus familiares en Guanajuato. En fin, qué ironía. Sin duda un país grande es aquel que proporciona oportunidades de superación a todos sus ciudadanos por igual. Bajo este criterio nuestro México aún dista mucho de ser un país grande.